sábado, 15 de febrero de 2014

LÍNEA DE TIEMPO: La Historia del vino

Link de la linea de tiempo que realicé con la herramienta TIC:  Timerime

http://timerime.com/es/linea_de_tiempo/2736266/LA+HISTORIA+DEL+VINO/


Antecedentes

Durante mucho tiempo se creyó que las únicas zonas donde se podían cultivar uvas para la producción de vinos de calidad, eran los territorios lejanos al ecuador, con las cuatro estaciones climáticas (con días soleados y largos durante el verano) y con poca humedad. Colombia, como el resto de países ubicados en el trópico, no tiene estaciones climáticas definidas y tiene una humedad alta en la mayor parte de su territorio. Entonces ¿Cómo es posible sembrar vides de alta calidad en el trópico? La respuesta la encontró Marco Quijano, un químico colombiano, ex funcionario de la federación nacional de cafeteros, que encontró un factor dentro de la geografía colombiana que podía ofrecer las condiciones climáticas adecuadas: la altitud.
Quijano comprobó que en los valles altos y secos de la cordillera oriental, a 2500 metros de altura, cepas como la riesling, de origen alemán, y la francesa pinot noir tenían una buena adaptación. Según el científico, estas tierras tienen un alto potencial vinícola, que no fue explotado anteriormente, por la prohibición de cultivar uvas durante la colonia. ”La gente pensó por mucho tiempo que nadie había sembrado uvas aquí por que la tierra no servía. Los jesuitas tuvieron viñedos en esta zona hace 400 años, pero no se creó una cultura de cultivo porque el Rey lo prohibió so pena de muerte”, cuenta Quijano.
La vid fue traída a América por los españoles en la época de la conquista. En Colombia, varias comunidades jesuitas trajeron y plantaron cepas de variedad Mission, con el fin de producir el vino, indispensable en las ceremonias religiosas. Aún existen plantas de este tipo de uva que crecen silvestres en algunos lugares de Boyacá.
A finales del siglo XVI, las áreas cultivadas y la producción de vino comenzó a crecer en los virreinatos de Nueva España (México) y Perú. Los productores españoles se vieron amenazados y comenzaron a presionar a la corona para que se restringiera la producción en los territorios conquistados. El rey Felipe II no tenía los mecanismos para gravar los vinos hechos en América y entonces prefirió prohibir el cultivo y la producción.
Aunque esta prohibición no se hizo cumplir estrictamente en todas las zonas del imperio español, los campesinos de las tierras de la Nueva Granada terminaron por abandonar los cultivos para evitar problemas con las autoridades.

La Industria actual

Así, desde los tiempos de la colonia, no se cultivaba en Colombia uvas para producción de vino de calidad y solo hasta 1982, con el inicio del proyecto de Marcos Quijano, en el viñedo Marqués de Puntalarga en Nobsa, Boyacá (uno de los lugares con mayor número de días soleados en el país), se reactivó el cultivo.
El proyecto de Quijano fue pionero en el mundo en la investigación del cultivo de estas clases de uvas en la altura. 5 años después, salió al mercado la primera botella de vino de la cepa riesling hecho en Colombia, convirtiéndose en la primero de una gran variedad de vinos que han sido premiados en Europa y Canadá por su calidad durante los últimos 20 años.
En la actualidad, la idea se ha transformado en un gran proyecto llamado el Consorcio del Sol de Oro, que reúne a más de 70 familias de 16 municipios boyacenses con 250.000 plantas de uva. El viñedo se ha convertido en todo un laboratorio, donde decenas de profesionales desarrollan sus tesis de grado con la colaboración tecnológica de varios países de Europa. La producción del vino está centralizada en el viñedo, se comercializa en algunos restaurantes y hoteles de Bogotá y se exporta con alguna frecuencia a Europa.

El sauvignon blanc de Sutamarchan

El otro proyecto de cultivo y producción de vinos de calidad, es el viñedo Aim Karim, que se encuentra en el municipio boyacense de Sutamarchán. Allí, a 2100 metros de altura, se siembran cepas de Chardonay, Cabernet Sauvignon y Sauvignon blanc, traídas desde Francia. El viñedo ubicado en una de las regiones más secas del altiplano Cundiboyacense, comenzó a producir vinos desde 1998 y hoy tiene más de 38.000 plantas que producen 5.000 litros cada vendimia
Según Mauricio Camacho, enólogo del viñedo, el cultivo de estas cepas ha sido todo un experimento de adaptación y hasta ahora se está refinando el cultivo y la producción para mejorar la calidad del vino. “Cuando se sembraron estas plantas era muy difícil predecir como iban a desarrollarse. Ahora que las plantas ya se acostumbraron a esta tierra, estamos mejorando los procesos para ofrecer un mejor vino,” comenta Camacho.
El vino producido en el Aim Karim tiene el nombre de Marqués de Villa de Leyva y se comercializa en varios almacenes de cadena de Bogotá. Durante un par de años se exportó a algunas tiendas en Nueva York.

Aunque Colombia siga estando lejos de tener una cultura vinícola de producción y consumo, el cultivo de estos tipos de uva ha comenzado a ser una alternativa real para los campesinos boyacenses. Yenson Darío Leal, gerente del hotel Hill House, en Bogotá, que ofrece a sus clientes los vinos Marqués de Puntalarga, cuenta cómo les responde a los huéspedes extranjeros que le preguntan por el vino colombiano: “Si, acá también producimos buen vino, lo hacen en Boyacá, una región que en unos años solo producirá papas y uvas”.


 

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